Para comenzar la preparación de este tiramisú con mascarpone vamos a hacer el café, de la forma que lo hacemos habitualmente, pero intentando que quede bien cargado. Una vez lo tengamos listo lo dejamos enfriar. Mientras tanto empezamos a separar las yemas de los huevos de las claras, colocándolas en un bowl. A las yemas le añadimos todo el azúcar y batimos con una varilla (whisk) hasta obtener una mezcla cremosa y de color blanquecino.  Una vez hecho esto, vamos a añadirle todo el mascarpone y volvemos a batir la mezcla lo mejor posible para que se integre el mismo y se forme una crema homogénea.

El siguiente paso es montar las claras al punto de nieve, para lo que es muy importante usar un bowl que esté bien limpio para asegurarnos que ningún tipo de grasa se puede incorporar a las claras. Agregamos una pizca de sal para ayudar a que se monten, y vamos a batir con movimientos enérgicos y envolventes para que las claras suban bien. Deben quedar con mucho cuerpo, bien firmes para que no se nos bajen. Al acabar las vamos a incorporar a la mezcla anterior, de forma suave, hasta que quede todo bien integrado.

Ya es hora de ensamblar el tiramisú en el recipiente que hayamos elegido, que debe ser cuadrado o rectangular preferentemente, y bien profundo, para que no se nos salga nuestro postre al hacerlo.

Colocaremos en el recipiente una primera capa de bizcochos en el fondo, de forma que cubran bien toda la base (incluímos una foto). Antes de añadir los bizcochos al recipiente remojelos en el café, al cual añadirá también un chorrito de licor, pero no deje que se mojen demasiado - solo unos segundos - para que no se desmoronen.  

Después vamos a cubrir los bizcochos por encima con una capa de la mezcla que dejamos antes preparada, cubriendo bien los mismos por todos lados. Si el recipiente es amplio, con dos capas queda bien, así que puedes emplear la mitad de la mezcla. Después repetimos el proceso con otra capa de bizcochos, que esta vez deben estar bien empapados, y encima otra capa de la crema para acabar el tiramisú. Para rematarlo, espolvoreamos una capa del cacao en polvo por encima para adornar y dar un toque extra de sabor, y metemos el mismo en la nevera, al menos 12 horas, para que cuaje y quede perfecto a la hora de servirlo.

Y después, ¡a disfrutar de este estupendo tiramisú con mascarpone!